Estudiantes

lunes 21 de abril de 2008

23 de Abril, Día del Libro

¿Recordáis el día de Halloween, cuando los difuntos salen de sus lugares de reposo y se convierten en calabazas encendidas? En España también tenemos otra fecha parecida: el dos de noviembre, día de las ánimas. Las ancianas, especialmente ellas que son las guardianas de la tradición, encienden luces en memoria de los que ya se fueron y creen que ese especial día, los difuntos tienen libertad para visitar a sus parientes vivos. Como podéis suponer, todo esto son leyendas, tradiciones de las que están llenas las culturas de todos los pueblos del mundo. No serán ciertas, pero son, cuanto menos, entrañables. Nos conectan con nuestros antepasados, que también las celebraban, y por ello son dignas de nuestro recuerdo.

Yo creo que el 23 de abril, rememorando la muerte de Cervantes, es una fecha algo similar. Todos los libros se levantan de sus anaqueles y tienen un permiso especial para salir a la calle, (¡qué feria!), a fin de encontrarse con sus lectores, con sus creadores… sentir el contacto de las manos, esas que pasan suavemente sus hojas dejando que el sol o la luz penetre en su interior... Las letras, llenas de luz, parecen querer salir para formar frases por encima de las copas de los árboles, o de las rosaledas, o simplemente sobre la esponjosa tierra de los caminos.

Y los libros viejos, esos que dormitan en las bibliotecas, presienten que algo está pasando afuera, en donde brilla el sol. Por eso, los lectores que en tal día se internan en esos centros oscuros llenos de libros seculares, si prestan atención, oirán un fru-fru, que equivale a la respiración del papel, y el visitante sabrá que los libros viejos también celebran su día de resurrección.

Siéntelos vivir, hazles hablar, conversa con ellos… entra dentro de la magia de sus historias…

Es el día de su santo, celébralo con ellos.

martes 15 de abril de 2008

La Clave Secreta del Universo

La clave secreta del universo” por Stephen y Lucy Hawking.
1ª Edición, marzo de 2008

Dirigido a lectores desde 12 años. En especial a los “futuros científicos” y aquellos llenos de curiosidad por el mundo que nos rodea. También para los que deseen divertirse un rato.

ISIS, este comentario va por ti…

Estoy segura de que la mayoría de vosotros sabréis quién es Stephen Hawking: ese científico británico que se presenta en una silla de ruedas y con todo el aspecto de sufrir una total inmovilidad. Sí, a los 21 años, recién acabada su licenciatura en Ciencias Físicas y con proyectos de contraer matrimonio, se le diagnosticó una esclerosis lateral amiotrófica. Los médicos le dijeron que no viviría para acabar su doctorado. La enfermedad fue progresando, dejándole cada vez más postrado, y él concibiendo más y más proyectos. Le movía el deseo de conocer qué pasaba en el Universo, cómo empezó todo –incluso la vida─ cómo funcionaban las leyes básicas de la Naturaleza… Hoy, con 66 años de edad, es uno de los más prestigiosos científicos que ha tenido la humanidad y a pesar de que su inmovilidad es prácticamente total, con la ayuda de un sintetizador de voz da conferencias, expone sus nuevos hallazgos y conoce el universo mejor que nadie. ¿Y sabéis por qué pudo llegar hasta ahí?, porque su cerebro está intacto y lo ha super utilizado a tope; a fin de cuentas es el órgano que puede moverlo todo, contando con la insustituible voluntad.
Perdonad que me haya extendido tanto en este tramo, pero es que su vida es muy digna de tenerse en cuenta. Me gustaría que os fijarais en hasta dónde se puede llegar si uno lo desea con fuerza.

Pues bien, el libro que os presento ha sido recientemente escrito por este hombre que os acabo de presentar y su hija Lucy, periodista y narradora de cuentos y relatos para adolescentes. Tal vez un buen día ambos se sentaron a hablar ─por medio del sintetizador de voz─ y decidieron contar a los jóvenes que están comenzando a estudiar todas estas materias ¡y dicen que se aburren!, algunas cosas de las que pasan en ese espacio tan alucinante y desconocido como lo es el exterior de nuestro planeta. De modo que Lucy escribió la parte del cuento, y Stephen, el padre, se encargó de dirigir la fantasía de su hija dentro de la más estricta realidad científica. Así, las aventuras de George, el estudiante de bachiller machacado por la pandilla de “matoncillos” ignorantes, y Annie, la hija de Eric, científico que posee el mas potente ordenador del mundo ─llamado Cosmos─ tienen el privilegio de salir al espacio exterior y conocer a través de una fantasía muy científica, cómo es ese lugar tantas veces visitado por la mente de este gran sabio que es Stephen Hawking.

Y para que vuestro aprovechamiento sea más completo, Christophe Garfald, uno de los muchos ayudantes que han contribuido a que nada esté fuera de órbita en este libro, realizó una serie de fichas informativas que os irán aclarando las cuestiones científicas que os queden dudosas.

Hablando desde mi experiencia: yo he estado en el espacio cósmico, que me fascina, y he visto “cómo es” a pesar de estar viviendo una aventura de, aún hoy, ciencia ficción. La fantasía que nos hacen vivir no se parece en nada a los mundos de hadas, ogros o monstruos marinos. Tiene que ver, sin embargo, con una realidad absolutamente fantástica. Buen viaje a bordo de la cola de un cometa…